Carabobo Gastronómico ancló en Puerto. Cabello

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Ni una ola agita el mar de Puerto Cabello.  De allí el origen de su nombre: un solo cabello es suficiente para anclar cualquier embarcación. Una cocina al aire libre, al mejor estilo de los retos en el popular programa “Master Chef”, se armó en el malecón de esta ciudad. La organización estuvo a cargo de Carabobo Gastronómico, movimiento que inició sus actividades en noviembre de 2017 y cuyo interés radica en rescatar la herencia gastronómica regional y, de esta manera, solidificar los vínculos entre la gente y sus alimentos, lazo que también es parte de la idiosincrasia.

La primera parada escogida fue Puerto Cabello, el segundo municipio más importante del estado. La presidenta de la organización, la chef Zoraida Barrios, mejor conocida como “Mamazory”, explica que en esta ciudad han registrado gran cantidad de recetas y, a partir de esa investigación, que comenzó hace 20 años y sigue en marcha, publicaron El paisaje de la Olla, junto con Rafael Cartay y Libros El Nacional.

En el caso particular de Carabobo, la gente no está acostumbrada a asociar el pescado como un alimento característico de la zona, pero sí lo es. Carabobo tiene 73 km de costa, desde Boca del Yaracuy hasta Turiamo, por lo que una parte de su gastronomía se basa en los pescados. Es por ello que los estudiantes del Instituto Laurus y el Centro de Estudios Gastronómicos Mezclas y Sabores, guiados por sus maestros, cocinaron sardinitas (camiguanas) fritas para acompañar el Tutú de San Millán y el Funche Aliñado, este último concebido originalmente por los portugueses, quienes lo preparaban con agua de mar para complementar sus comidas.

Si bien la situación del país se ha ido agravando, aún hay espacios para el emprendimiento. En palabras de Mamazory: “Nadie nos puede quitar el país, por eso debemos conservar los espacios. Hay que seguir sumando. Ahora bien, yo no le puedo prohibir a la gente que se vaya. Lo que sí hago es llenar las alforjas de mis estudiantes para que se lleven nuestra memoria gustativa. Este fenómeno ha hecho que la gastronomía nacional sea reconocida en todo el mundo”.

ván Sabatino Pizzolante, uno de los promotores de Carabobo Gastronómico, además de pertenecer a una de las familias más destacadas de Puerto Cabello, comentó que la misión de este movimiento es crear un legado para los jóvenes, mediante las experiencias de las generaciones previas. Buscan emular lo que se ha logrado, por ejemplo, con Margarita Gastronómica. Ahora los movimientos de cocina regionales abarcan gran parte del territorio, desde Los Andes hasta el Oriente del país. “Todo requiere entrega y desprendimiento. Yo soy un enamorado de nuestra cocina y siempre apuesto por ella. Lo que está pasando es un rescate hecho por los chefs consagrados, quienes se han adecuado a los nuevos tiempos, pero siempre manteniendo el elemento tradicional sobre la mesa”.

Puerto Cabello en la historia

Uno de los asistentes al evento fue José Alfredo Sabatino Pizzolante, porteño y vicepresidente de la Academia de la Historia de Carabobo, quien compartió un poco sobre la historia de la ciudad. En sus palabras, el malecón de Puerto Cabello está construido sobre lo que era la antigua Muralla de Puerto Cabello, que protegía una ciudadela fortificada, al mismo estilo de Cartagena, pero mucho más modesta. Tenía cuatro baluartes y solo se podía acceder a ella a través de un puente elevadizo, por eso se dividió en dos zonas: Puente dentro y Puente fuera. Conformada por cuatro calles; las principales: la Calle Real y la Calle Comercio. Alrededor de la Plaza Central, estaba la Compañía Guipuzcoana y la iglesia, es decir, su estructura respondía a la típica ciudad colonial venezolana. Luego de la Revolución de las Reformas se unifica la ciudad. De esa época lo único que se conservó es el Fortín Solano y el Castillo Libertador, antiguo Castillo de San Felipe, que resguardaba la boca de entrada al puerto.

Con el asentamiento de la Compañía Guipuzcoana en 1742 arranca el desarrollo urbanístico de la ciudad. La mayor parte de las casas que se observan en el malecón fueron construidas por dicha compañía. Una de ellas luego fue la imprenta más importante de provincia que existió durante el S. XIX, creada por Juan Antonio Segrestaa, donde se imprimieron los dos tomos de El agricultor venezolano. En sus inicios era una ciudad bastante pequeña, pero con el desarrollo de las importaciones, se ha ido expandiendo, hasta lo que conocemos hoy día como Puerto Cabello.

PabellónVenezolano/KBrando/ElNacional

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