Granma, el hermético vocero de la dictadura cubana, le abre sus limitados espacios a la figura de Henrique Capriles, ahora que está dispuesto a presentarse en las cuestionadas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.

Un metafórico editorial lo califica como un “gran articulador”  vocablo que los diccionarios describen para referirse a un aparato que simula los movimientos de la boca.

El tabloide castrista abre las apuestas a las fichas opositoras y echa el resto por el único detractor del régimen de Maduro, partidario de presentarse en las elecciones legislativas convocadas por el chavismo.

Para Granma, Capriles no pierde con nadie en la carrera por el liderazgo de la oposición.

La tinta roja del comunismo tropical apela al flaco como inspiración, un hilo conductor para convencer que la liberación de rehenes y presos políticos ocasionó la decisión de Capriles.

Los cubanos pecan de oportunismo, aprovechan que Capriles se desmarcó del resto de la oposición venezolana al justificar su participación en las cuestionadas elecciones.

El editorialista insiste en llamarlo “articulador”, una suerte de ortodoncista político, capaz de armonizar a las piezas de una descontrolada oposición en torno de su figura, capaz de morder al poder algún día.

Tan convencidos están en Granma que aseguran que “tiene chances de afianzarse como líder de la oposición”.

Granma confiesa que desde mayo conocían el trabajo articulador de Capriles para buscar un objetivo mayor, un escenario en donde su participación se equipare al de toda la oposición.

En Granma, donde no se escribe una sílaba sin el filtro del partido, el tintero se desborda, ahora que Capriles tiene su propio partido como Leopoldo, Falcón o María Corina.

Es hasta posible que lo visualicen como un candidato presidencial, con o sin la MUD, pero parecen ignorar que según sus allegados le cuesta trabajar en equipo, requisito básico de un “articulador.

Redacción/Edición: PabVen/ Con información Granma/Infobae/ Reporte Confidencial/ Foto: Granma