(Por Franck Armas).- Según ha indagado la BBC de Londres, las damas  argentinas teñidas de rubio, bajas de estatura y voz aguda que caminan por las calles con sus carritos de compra o “changuitos” pertenecen al nicho de los setenta o más años.

Antes de llegar a casa con el mercado, las damas de tan respetada institución suelen hacer una última parada en la Mercería Yoli, donde se apertrechan de botones, hilos y parches para arreglar la ropa.

Jorge Abelleira, con sus 74 años a cuestas, es el dueño de tan particular  tienda de accesorios textiles en el barrio Almagro y posee la suficiente paciencia para esperar que una señora se  demore hasta dos horas, tan sólo para escoger un botón que en promedio cuesta algo menos de un dólar. Un negocio nada rentable, porque con el paso del tiempo, los clientes se vuelven exclusivamente viejos o modistas en extinción.

En Yoli, decorada con sombreros, binchas o corbatines que parecen sacados del depósito de la abuela, se venden botones de cualquier color, forma o textura y algunos pueden haber sido producidos hace 40 años.

-Cada vez –dijo Abelleira a BBC-  tenemos menos proveedores y menos clientes, porque a los jóvenes no les gusta el trabajo manual y la gente prefiere tirar la ropa y comprar algo nuevo que arreglar algo viejo-,  y sentencia:

-Ahora que estamos en crisis – concluye con melancolía- se venden mucho los parches, porque la gente se abstiene de comprar ropa nueva; pero en general somos un negocio en extinción».

REDACCION PABVEN/FUENTE:BBC