El Chef venezolano que conquistó Hungría con un Asado Negro

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El chef venezolano Armando Mundaraín ganó el programa de televisión húngaro El cocinero, con la puesta en escena de un asado negro

Mundaraín se convirtió en el nuevo jefe de cocina de de Budapest al superar en la final al chef Adam Cserepes.

Además del reconocimiento de un público con tradición del alta gastronomía, el fogonero criollo se embolsilló 10 millones de florines húngaros, equivalentes a 35.000 dólares americanos.

El cocinero presentó ante los jueces de la versión húngara de MasterChef, un centro de asado negro escoltado por puré de papás, plátano dulce con clavitos, guasacaca y chips de yuca.

Mundaraín, de 26 años, llegó a Hungría en 2013 para estudiar economía con una especialización en gerencia hotelera y de catering en la Universidad de Negocios de Budapest, y desde entonces el país se convirtió en su nuevo hogar.

Siguió sus instintos e hizo carrera como chef en Budapest. Su pasión le llevó al programa y a la gloria.  

-El asado negro -confesó- fue una elección para realizar la introducción en el programa y dejar en evidencia mi origen y la cocina húngara tiene muchos platos parecidos, o estofados.

El sabor dulzón de Venezuela

El asado negro consiste en un corte de carne con forma cilíndrica, extraído de la parte trasera de la res, conocido como «muchacho redondo». Se prepara con especias y papelón, vino y ají dulce. Se sirve con arroz blanco y tajadas de plátano maduro fritas.

Hay indicios de que el asado negro es consecuencia de la incipiente cultura urbana, al final del siglo XIX, marcada por la atracción a la cultura francesa que se invadió los fogones criollos.

El emblemático plato tiene mucho que agradecerle a la cocina lenta producto del cambio de la leña por la revolucionaria tecnología de las cocinas a kerosén o carbón que se descargaron en los puertos venezolanos el año 1840, siete años antes que llegara la maravilla de las hornillas a gas.

El secreto de una asado negro con todas las de la ley está en la caramelización, preferiblemente con papelón rayado, que le imprime su color característico y el toque dulzón que habita en el ADN gustativo de cada venezolano.

Redacción/Edición: PabVen: Con Información de EFE./Bienmesabe/Wikipedia/ Foto Cortesía A konyhafonok.

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