Luego del acalorado reclamo del Reino Unido a China, en torno de las dudas sobre su gestión contra el COVID.19,  las autoridades de Whuam elevaron el número de muertes en 50%, tan sólo en 24 horas

La nueva cifra de 3.869 víctimas mortales, despierta no sólo la paranoia colectiva, sino de los residentes o países como Venezuela que siguen al pie de la letra el protocolo chino de contención junto a la opacidad estadística.

El malhumorado reclamo inglés, seguido por Francia y unido al de otros escépticos,  se produjo en medio de las crecientes dudas internacionales sobre la gestión del brote por parte de Pekín en la ciudad central donde apareció el virus por primera vez en humanos, a finales de 2019.

Ahora, el ábaco epidemiológico chino suma 1.290 nuevas víctimas, además de las 2.579 previamente contabilizadas hasta el jueves, y justifica a destiempo que es producto de incorrecciones en los registros, retrasos y graves omisiones.

En pocas palabras, la síntesis perfecta del secretismo de estado de los regímenes colectivistas.

Aunque no  participó oficialmente en la bronca anglo francesa, Trump también se sumó a la incetidumbre global sobre los 3.000 muertos, con la sospecha de la falta absoluta de transparencia de China,salpicada por una que otra hipótesis conspirativa.

Y mientras se sinceren las matemáticas chinas, lo que por ahora se sabe es que el total de casos en Wuhan, con 11 millones de habitantes, se elevó en 325, para un total a 50.333 y 82.367 casos en China continental, de los cuales cerca del 60% están en Wuhan.

Versión PabVen/ Fuente: EFE/Foto: Cortesía Getty image