Por fin alguien entendió mi pesimismo moderado o todo lo contrario, es decir, la única vía terapéutica para no volverse loco antes la alegría y los fracasos intermitentemente cotidianos que marcan la continuidad del comunismo tropical venezolano.
Con toda la admiración que le tengo al presidente Guaidó, hoy mi simpatía se inclinó hacia Willie Colón, otro pesimista moderado al confesar a la Agencia EFE que cada vez que piensa que algo bueno va a pasar en Venezuela y que vamos a volver a verla libre, nada cambia.
Fui un optimista radical hasta que “volvió, volvió, volvió”, y por eso no me asombro, ni mucho menos me alegro con las marchas masivas, los levantamientos militares, las deserciones, las sanciones, las ayudas humanitarias, las bailoterapias ni las invasiones, porque la suma de los resultados me manda directo al botiquín de primeros auxilios en busca de un antidepresivo.
En cambio, Willie Colón, que se califica como un ateo político, ya no cree «en ninguno de estos partidos» y a veces se siente «muy pesimista, especialmente por la situación en Venezuela porque cada vez que uno piensa que algo va a pasar y que vamos a volver a ver a Venezuela libre, nada cambia».
Hoy por ejemplo, me consigo con el muerto resucitado del defenestrado diálogo. Según los analistas políticos, un nuevo proceso de negociación entre el régimen de Nicolás Maduro y el gobierno interino de Juan Guaidó pudiera dar resultados favorables si cuenta con la mediación de la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y China.
Mientras Maduro insiste en calificar los acercamientos como un diálogo, de acuerdo con la receta cubana; la oposición utiliza el eufemismo de acercamiento que mutaría a diálogo en el preciso momento en que se saluden, pregunten por la familia o le pidan al contrario que les pase el azúcar para el café.
El presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, quien es reconocido como mandatario encargado del país por más de medio centenar de países, comunicó de manera oficial su disposición a enviar una delegación a Noruega a reunirse con representantes de Nicolás Maduro, sin saludos ni abrazos por ahora.
Y mientras Nicolás pica adelante y agradece a Noruega por prestarle la casa y poner los tequeños, Juan confirma que atenderán la invitación para explorar una posible salida negociada de la dictadura y de la grave crisis, gracias al cese de la usurpación, transición y elecciones libres, los tres pasos que se planteó la oposición el mismo momento que Guaidó aceptó el interinato en su carácter de presidente del Legislativo.
Stalin González, Gerardo Blyde, Fernando Martínez Mottola con la asesoría técnica del exrector del CNE, Vicente Díaz ya hicieron las maletas porque el acercamiento al diálogo –para quedar bien con Dios y el Diablo- para ya es tarde, como dicen en el barrio.
Para evitar el desequilibrio emocional de los resultados, me inclino a creer que lo más significativo de la delegación es la presencia de alguien que sabe de elecciones, así le hayan hecho “tramposería” todas las veces. El pesimismo moderado asoma que el único camino cierto por ahora, es el de unas alecciones libres de la herencia de Tibisay, con el favor de Dios y la Virgen del Valle
Así que mi soñado, pesimista y moderado presidente , una vez más ¡Te la comiste Willie!
PabVen/Por Franck Armas/Foto: AFP