Es oficial. La diáspora venezolana dejó atrás el realismo mágico de los que alguna vez abandonaron sus tierras para buscar el paraíso encontrado de Macondo.

Y es que uno de cada doce venezolanos forma parte  del gran éxodus del siglo XXI, de acuerdo con los nuevos datos de Naciones Unidas, producto de la crisis económica y política que vive el país.

Apenas en septiembre, la ONU había estimado la cifra en 2,6 millones, es decir 400.000 nuevos desarraigados en tan sólo 60 días, rumbo a Perú y Colombia.

Colombia, cuna de García Márquez, el más famoso de los indocumentados que emigraban hacia Venezuela, tiene el mayor número de refugiados, con poco más de 1 millón.

Le sigue Perú con más de 500.000; Ecuador con al menos 220.000; Argentina con 130.000; Chile con más de 100.000; Panamá con 94.000 y Brasil con 85.000, según han confirmado organizaciones como ACNUR y OIM.

Hasta ahora, América Latina ha mantenido en gran medida una política tolerante con los refugiados y migrantes de Venezuela; pero su capacidad de recepción está severamente limitada y se requiere una respuesta más robusta e inmediata de la comunidad internacional. La generosidad y la solidaridad también se agotan.

Venezuela, al igual que en los confines de los Buendía, fue una de las naciones más prósperas de América Latina, con una de las reservas petroleras más grandes del mundo: pero el diluvio de la corrupción y mala administración durante dos décadas de gobierno socialista borraron el mapa el país que atrajo en el mundo real a los turcos no imaginados de Macondo.

Por ahora, el gobierno niega la hecatombe diluviana y ruega a los paisanos que abandonen el aseo de las bacinillas de oro del exilio, porque según el Aureliano venezolano, la crisis es puro realismo mágico.

Redacción/Edición:PabVen/Fuente:The NYT/Foto:Agencias