A pesar de prometer millones de dólares para ayudar a los venezolanos que huyen de su país y de exhortar a aliados en la región «a hacer más» sobre el hambre y la opresón que sufre el pueblo venezolano, el gobierno del presidente Donald Trump ha estado deportando a venezolanos que vinieron a Estados Unidos ilegalmente o se quedaron después de vencer su visa por temor a regresar al país.
La Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) ha deportado a 150 venezolanos en el año fiscal 2018, entre ellos 9 este mes, cuando el vicepresidente Mike Pence estaba en Lima, Perú, para la Cumbre de las Américas, donde prometió hacer “todo lo que esté a nuestro alcance para apoyar a los que huyen de la tiranía”.
“Desafortunadamente, muchos venezolanos aquí no tienen residencia permanente, no son ciudadanos estadounidenses, no tienen visa, pero tienen temor de regresar a Venezuela”, dijo Adriana Kostencki, abogada de la Asociación Venezolana-Americana de Abogados, en Miami, que cabildea al gobierno en Washington para proteger a los venezoalnos de la deportación. “Pero es luchar contra un gobierno que no ha sido muy amistoso con la inmigración”.
Franck Armas/Franco Ordóñez/DLA