El régimen autoritario de Nicolás Maduro se queda sin Surinam, uno de los pocos aliados que lo apoyaban en la región. La revolución pierde otra lealtad ideológica comprada con el obsceno despilfarro de la ¨petro chequera del Caribe¨, forjada a base de petróleo fiado y barato.

Surinam, una pequeña república al norte del continente, puso fin a una administración oficialista afín con el chavismo y entregó las riendas a Reforma Progresista, partido que condena abiertamente los abusos de la dictadura chavista y exige elecciones libres para restablecer la democracia en Venezuela

Si sigue en el poder, Maduro se las verá en agosto con una fuerte alianza democrática encabezada por Chan Santokhi, que en el pasado se pronunció en contra del régimen de Maduro. En 2017 rechazó la ilegítima asamblea nacional constituyente que impuso Maduro para disolver el Parlamento venezolano.

En la ocasión denunciaron la complicidad del actual presidente Bouterse y demandaron respeto a los derechos humanos. Advirtieron que la democracia era pisoteada y el camino de la dictadura había comenzado en Venezuela.

Bouterse fue uno de los firmes aliados del régimen chavista. En un triste episodio, visitó Venezuela como presidente de Unasur y respaldó a Maduro en plena ola de protestas antigubernamentales, que dejaron 43 muertos víctimas de la represión.

Como dice un refran venezolano, en pocas semanas Maduro se quedará ¨más sólo que la una en punto¨, completamente aislado y sin apoyo del último gobierno de América del Sur que lo reconocìa como presidente; salvo la frágil neutralidad diplomática argentina.

Redacción: PabVen/ Fuentes: Ifobae/Sumarium/Foto: Cortesía RRSS