Por orden expresa del Tribunal Supremo de Justicia y con apoyo militar, el cuestionado presidente Nicolás Maduro ejecutó la incautación de los bienes del servicio satelital DIRECTV en Venezuela y prohibió a sus directivos abandonar el país.

Antes de la expropiación, Maduro humilló a los usuarios del servicio y les recomendó el uso de antenas de bigotes y ganchos de ropa para disfrutar de las señales abiertas, en su mayoría apegadas a la línea ideológica del gobierno.

La prisa obvió que Globovisión y PDVSA TV saldrían del servicio y el comunismo tropical venezolano se quedó sin dos de sus herramientas de propaganda fundamentales.

La revolución jugó a la improvisación ¨legal¨ para corregir el disparate y terminó con la última forma masiva de entretenimiento e información, disponible para una población castigada por la crisis económica, hiperinflación, falta de gasolina, comida y agua, además del coronavirus.

Una nueva junta directiva gestora de los activos y servicios de la compañía quedò encargada de hacer realidad la promesa incierta de restaurar la señal, aunque según los especialistas, la solución le da vueltas al planeta.

El satélite chino Simón Bolívar anda perdido en el espacio y sin satélites que transmitan ni decodificadores propios, el gobierno está incapacitado y sin experticia para hacer que la señal vuelva a los 10 millones de usuarios de Directv. 

Hasta las 9:00 am, hora de Caracas, la señal no habìa sido activada. En pantalla aparece el canal informativo de DIRECTV con la invitación a quedarse en casa, descuentos de 50%  en películas PPV y una nostálgica promoción del Show de Jimmy Fallon.

Redacción:PabVen/ Fuentes: Institucionales y redes/ Foto: Cortesía Pulso.com