Un grupo de migrantes venezolanos cumplieron ocho días de caminatas desde Caracas hasta Táchira con destino a la frontera, para escapar de la tragedia que agobia a toda una nación.

Bajo lluvias torrenciales, sol, frío y otras adversidades a lo largo de más de 850 kilómetros, el grupo de ocho migrantes fue captado en un video en momentos de su arribo a San Cristóbal, para seguir a Cúcuta, si es que las protestas que sacuden a Colombia lo permiten.

Para llegar a Colombia, los migrantes deberán pasar por Villa del Rosario, limítrofe con el departamento Norte de Santander, una de las rutas más usadas por los venezolanos para salir del país.

Ni el desierto es el límite

La odisea de los ocho caminantes recuerda el reciente rescate de 87 migrantes venezolanos extraviados en el desierto de Arizona y refleja que quienes huyen de la tragedia venezolana ponen a un lado la vida, con tal de no morir en el intento de ganarle la partida a Texas, a Atacama, a las trochas o al oleaje, a sabiendas de que lo probable es que no exista el soñado oasis.

Afortunadamente y por ahora, el último capítulo terminó con el rescate en buen estado de salud de los migrantes extraviados por parte de las autoridades fronterizas de Estados Unidos

Durante las últimas semanas, esa versión latinoamericana de los beduinos africanos conformada por más de 700 venezolanos, cruzó ilegalmente la frontera entre México y Texas, en Estados Unidos.

Entre ellos, cobró notoriedad el caso de la madre venezolana que trepó el muro con sus dos hijos y fue apresada por la patrulla fronteriza.

Y es que la diferencia entre las diferentes formas de asumir la estampida venezolana descansa en los elementos: hacia Trinidad contra la imprevisión y las intensas corrientes marinas, y vía Colombia, a merced de la amenaza del elemento humano, llámese guerrillas o vacunas de los funcionarios, aunque lo peor es la incertidumbre del día después.

Redacción/Edición: PabVen/ Con información: La Prensa de Táchira/ Foto: El Nacional