La valentía de los comunistas que ayudaron a los adecos a derrumbar la tiranía del general Pérez Jiménez descansa en paz. Los millennials comunistas tropicales le tienen pavor a las ignoradas torturas de Maduro.

Lo confirma Rodrigo Cabezas, un comunista de la generación post Nueva Trova cubana. Asegura que los miembros del PSUV saben lo que pasa en el país, pero no se enfrentan al régimen por temor a torturas, porque “hay mucho miedo”

Los ñángaros venezolanos no heredaron la mística revolucionaria de sus antecesores.

Ni una millonésima parte del ADN de Gustavo Machado, Gallegos Mancera, Teodoro, Alí Primera, Pompello o los militantes idealistas que ostentaban orgullosamente la franela y el carnet plastificado del “Gallito Rojo” para ir a vender Tribuna Popular a la salida del Liceo Fermín Toro.

Eso sí, están claros en los humano, porque el culillo es libre y aunque muchos militantes del partido tienen una clara posición, se niegan a expresar su opinión por miedo.

Cabezas forma parte del grupo que ocupó cargos de relevancia durante el gobierno de Chávez, pero se abrió al ver demasiado tarde el desastre creado por Maduro.

El arrojo de los psuvistas está en modo pausa y no rompen con Nicolás porque viven bajo la sombra de un Tun Tun estilo Sebín., especialistas en martirios como los que aplicaron al exalcalde de Cabimas.

-Esto -expone Cabezas- no es Cuba, donde llegó una revolución a un país rural, campesino, sin clase media, solo terratenientes.

-Aquí ádmite- hay una clase media profesional con buenos médicos, ingenieros, arquitectos, técnicos electricistas, excelentes periodistas, excelentes universidades, hoy en día sumidas en una profunda crisis.

El ex celador de las finanzas del régimen ahora piensa en la democracia. Presagia que en algún momento el país reclamará una vuelta a la civilidad, a la separación de poderes y exterioriza su optimismo por un país deberá rescatar el curso democrático de la vida ciudadana.

Redacción/Edición: PabVen/ Con Información y fotos: El Estímulo/ Maduradas.