Casi 40% de venezolanos consultados en un estudio internacional fueron desalojados de sus viviendas,  mientras que 38% enfrentan el riesgo de abandonar forzosamente sus viviendas.

El estudio asegura que “una gran proporción” de venezolanos en la región corren el riesgo o ya fueron víctimas del terror de desalojo de sus hogares, ante la imposibilidad de pago de alquiler y servicios públicos.

Y es que la mayoría de los migrantes y refugiados venezolanos que viven en América Latina suman  a  la pandemia, el terror de sufrir la expulsión de sus viviendas por no poder pagar los alquileres ante las dificultades económicas derivadas de la pandemia.  

El informe, titulado “Encuesta regional de desalojos de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela”, recoge la situación de venezolanos que migraron a Colombia, Perú, Guyana, Ecuador, Panamá y República Dominicana; y está avalado por ACNUR y la CIDH.

La mayoría de los venezolanos viven alquilados en casas o habitaciones particulares con contratos verbales, sin las condiciones mínimas, ni las habitaciones suficientes para formar un hogar.

Antes de la pandemia ya faltaban oportunidades y medios de vida para sufragar la renta, lo que se agravó con el desempleo y la crisis sanitaria y social generada por el covid-19.

El documento advierte que los desalojos también se producen por la discriminación hacia los venezolanos y subraya que la situación es peor para los migrantes en situación irregular y para las mujeres, porque tienen mayor probabilidad de sufrir violencia y amenazas.

Si no pagas no duermes

De acuerdo con un trabajo realizado por La Voz de América, el día a día de los venezolanos es que tienen que pagar a diario y la pandemia lo complica.

Más de 40% de los venezolanos que viven así en Colombia, han sido desalojado al menos una vez, según la citada encuesta de Acnur.

Revela que más de 11% de los encuestados se ha visto en situación de calle y 39,8% estarían, nuevamente, en riesgo de desalojo.

Dinorca Contreras, una venezolana desplazada a Colombia afirmó que, a pesar de que ya tiene al menos ocho meses viviendo en su actual residencia con sus hijos, siempre se enfrenta a la amenaza de ser desalojada si no lleva el dinero diario exigido por el arriendo.

Redacción/Edición: Pabven/Con información de AFP/Europa Press/ VOA/ Foto: Ernesto Guzmán Jr.

Vox Populi

EL OLVIDO DE LA RELATORA.-Además de la excusa de las sanciones para justificar la crisis, el decepcionante relato de la funcionaria de la ONU, Alena Dohulan, omite descaradamente quelos presos políticos militares son ejecutados a cámara lenta en sótanos y celdas infrahumanas; que muchos fueron contagiados de COVID-19 y que sufren las secuelas del contagio sin que nadie reclame.Algo esconde un desafortunado libreto que, de alguna manera, encubre los crímenes contra los presos políticos del régimen.

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