El estado Zulia, al occidente de Venezuela y en otros tiempos una de las regiones petroleras más importantes del mundo, ahora es crisol de la insurgencia, gracias a la instalación de bases de guerrilleros del ELN y paramilitares colombianos.

¨Elenos¨ y ¨paracos¨  se reparten el Catatumbo, uno de los 21 municipios del estado Zulia, ante la vista gorda de los militares regulares e instalaron 28 bases en  fincas expropiadas a los productores del sector.

El vivero de insurgentes se transformó es un  territorio sin civiles, productores,  dueños de fincas, ganado, ni futuro, porque hasta  las escuelas fueron expropiadas..

En ese paraíso terrenal para los irregulares no hay espacio para el aburrimiento, pues es el tablero de un juego de guerra constante entre la derecha paramilitar y la izquierda guerrillera, incluso con minas anti personales sembradas en los caminos que los separan o los enfrentan.

Ambos grupos se disputan los pocos comercios que quedan o se aventuran, mientras los desprotegidos productores enfrentan además, la supuesta  extorsión de los “boinas rojas” de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Así,  la guerra de los 50 años colombiana se mudó a una Venezuela que paulatinamente pierde su frontera, en manos de irregulares colombianos, quienes no sólo asesinan y roban a finqueros del Zulia, sino que ejecutan a militares venezolanos..

Quizás la peor de las expropiaciones es el porvenir, a decir de una productora, quien confesó a la periodista Sebastiana Barráez, la pérdida absoluta de la esperanza de recuperar su finca ni regresar a la tierra que tanto ama.

Versión: PabVen/ Fuente: Infobae/Sebastiana Barráez/ Foto:Reuters