El violín libertario de Willy Arteaga

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Un violín barato, el conservatorio virtual de internet y mucha calle fueron los ingredientes que convirtieron a Willy Arteaga en el icono musical de las protestas en Caracas contra el gobierno de Maduro..

En Valencia sintió la represión en el seno de su familia evangélica y muy pobre que no consintió su talento ni vocación. Le prohibieron tocar y obligaron a dedicarse a la iglesia y a la fe, hasta que escapó.

Willy se quedó con la calle, la hizo su escuela y medio de vida: Tocaba mientras el país colapsaba; prestaba su música a los carteristas mientras robaban para que no lo mataran, aunque la bomba que casi lo hace la disparó un guardia.

Lo encarcelaron, le destruyeron el violín y lo torturaron hasta que retornó a las calles por la ansiada libertad, esta vez en Nueva York, en  la Penn Station y en Times Square, donde se siente una estrella y se mantiene con las propinas de los neoyorquinos,que  además sirven para ayudar a su familia en Venezuela.

El joven violinista confiesa que la mejor experiencia de tocar en Nueva York es poder hacerlo con los ojos cerrados, sin temor al culatazo de un guardia nacional. Por el contrario, asegura que cuenta entre sus fanáticos a un policía de la ciudad, la que escogió  para sentir lo que es tocar en libertad

PABVEN/REDACCIÓN/NYT

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