Catorce escritores y periodistas venezolanos residentes en Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Brasil, Bolivia, Uruguay, México, Panamá, Estados Unidos, España y Alemania narran su experiencia y la de otros migrantes que han salido del país en el libro de distribución gratuita Florecer lejos de casa. testimonios de la diáspora venezolana.
El texto, coordinado por Ángel Arellano y publicado por la Fundación Konrad Adenauer, se presentó esta semana en Montevideo e incluye fragmentos de los relatos de cinco de los autores que fueron convocados para contar su testimonio.
En sus relatos hablan de los retos, temores, dolores y oportunidades que conlleva el éxodo.
Mireya Tabuas, con cuatro años en Chile, dice que se siente más venezolana que nunca, pero a la vez parte de ese país. Mis hijos han hallado aquí calma y oportunidades, y mi perro, Minos, siempre sabe que hay un parque para él.
Gisela Kozak , en México, sostiene que no ha sido fácil, aunque sí apasionante, comenzar una nueva vida: “Se trata del salto migratorio de una pareja de mediana edad que ya tenía una existencia hecha”.
Salvador Passalacqua, en Colombia, narra que hace 10 días era periodista y profesor universitario, y ahora trabaja con tres venezolanas indocumentadas en un supermercado chino donde los tratan como esclavos.
Paola Soto escribe sus páginas del exilio en Argentina, donde aprendió a vivir sin control cambiario, a permitirse la libertad de ir a tomar un café tres veces por semana a un lugar afuera si lo prefería y aprendió a caminar por la calle con el corazón más tranquilo.
Jefferson Díaz revela que lo primero que buscó en el supermercado fue la harina PAN, a dos dólares con veinte centavos, arrimada en un rincón entre tantos competidores.
EDICIÓN PABVEN/ELNACIONAL/FOTO:CÉSAR SÁNCHEZ
DATO: Florecer lejos de casa, testimonios de la diáspora venezolana, puede descargarse desde el sitio web: dialogopolitico.org/libros/