La periodista y migrante venezolana Ana María Hernández comanda en estos momentos la nueva conquista pacífica de Perú con el misil culinario del «yoyo» zuliano, una modalidad de fritanga para desayunar que combina el plátano dulce con el queso.

Ana María eligió el día de la llegada de Colón a América y en 2017 emprendió su propia aventura bajo una graciosa consigna; “vine a conquistar el Perú.

Junto a su familia familia emprendió una venta de comida tradicional venezolana, que si bien no cuajó, contribuyó a sembrar el sabor venezolano en una capital gastronómica tan exigente como Lima.

Así que Ana María decidió hacer “yoyos”, platillo que toma su nombre del atractivo enrollado similar al del recordado juguete de la infancia.

Hoy, el «yoyo» ocupa un lugar de honor en la realeza de los sabores de la Tierra de Gracia, junto a las carabinas, las arepas y empanadas de cazón, los golfeados, los tequeños, los cachitos y el pan de jamón.

Gracias al «todero» que cada venezolano lleva por dentro, además del periodismo, Ana María ejerce como profesora de cuatro, guitarra y ukelele, además del rol de madre de un chamo a punto de ingresar a una universidad peruana.

Los deliciosos yoyos zulianos, en especial el marabino, tienen un sabor dulce salado que fijo por generciones en el subconsciente gustativo de muchos venezolanos y. ahora, uno que otro peruano que peca de infiel a su tradición.

Los yoyos también son conocidos como niños dormidos en el llano y el oriente venezolano, mientras que en Colombia se llaman aborrajados.

Atrévete

• 250 gr de queso blanco semiduro
• 20 tajadas largas fritas de plátano maduro
• 2 huevos
• ¼ taza de soda
• 1 cdta de azúcar
• 4 cdas de harina de trigo
• ½ litro de aceite para freír

Se fríen las tajadas largas de plátano dulce y se enrollan los bastones de queso. Se cubren con la mezcla para rebosar, se fríen en aceite a término medio, se ponen a secar en un colador con papel secante y ¡Listo! para cometer el sabroso pecado.

Edición: PabVen/Con información:Sabor Migrante