Tras la aparente fraternidad entre Maradona y Maduro, gravitaba una compleja red de negocios que según la contabilidad deja una deuda de 50 millones de dólares entre el régimen y el difunto 10 argentino.

Entre los compromisos no honrados por la administración chavista destaca la participación de El Pelusa en Telesur durante la Copa del Mundo de Rusia 2018. La acreencia tiene una mora de dos años y ronda los cuatro millones de dólares.

La inversión en Diego traspasó el uso de su imagen deportiva para adentrase en la complejidad del negocio petrolero, bajo la modalidad del trueque de cereales por crudo a través de una sociedad radicada en Europa.

Maradona correspondió a la confianza en su imagen con un decidido respaldo público o virtual al régimen que lo recompensó con negocios. Apoyó a Chávez en el poder y al heredero Maduro, quien lo calificó de gigante en una carta pública el día de su muerte.

Dicen que los viajes del astro a Venezuela servían para acercar las relaciones personales y alejar el monto de las deudas que crecían cual bola de nieve.

Pero por encima de la amistad están los negocios y, a menos de una descartable condonación de la deuda, corresponde ahora a los herederos achicar el pilón.

Redacción/Edición: PabVen/Con información: Infobae/Foto: DPA