Nicolás Maduro pidió perdón por los ataques de colaboradores y aliados del régimen que etiquetaron como delincuentes y “bioterroristas” a los migrantes venezolanos que intentan regresar a su país, a través de las trochas fronterizas.

A pesar de considerar injustas las críticas de líderes opositores y algunos jerarcas de la iglesia católica, el dictador expresó que “si alguien se ofendió por alguna expresión que se dijo, solicitamos disculpas. El objetivo no era ofender a nadie, sino llamar  la consciencia, expresar la preocupación y cuidar la salud de los venezolanos”.

Y es que llamar delincuente, bomba biológica y hasta bioterrorista a un compatriota, cuyo delito es volver a casa ante la imposibilidad de sobrevivir en Colombia, resulta una retorcida manera de pedir disculpas.

El arrepentimiento oficial peca de genérico. Pudo señalar específicamente en su enmienda, la cuenta del Comando Estratégico Operacional de la FANB, que usa el término «bioterrorista» contra los migrantes que retornan al país

Para el régimen, el repunte de casos domésticos de COVID-19, se debe al regreso de aquellos venezolanos que migraron a otros países sudamericanos en los últimos años.

Decenas de miles ingresan a Venezuela por caminos abiertos en la maleza para burlar los controles fronterizos, que incluyen 14 días de cuarentena obligatoria en recintos designados por el gobierno.

Maduro endosa la ofensa a su colaboradores y aliados, pero no reconoce su empeño en recodificar el coronavirus como el “virus colombiano”, y exculpar el descalabro del sistema sanitario.

Maduro olvidó su orden de perseguir a aquellos “irresponsables” que volvieron al país de forma ilegal, a ir por los ‘trocheros’, a ubicarlos para cortar las cadenas de transmisión de la enfermedad.

En su generalización, pasó por alto la vez que Néstor Reverol, pidió denunciarlos y le declaró, como vía para garantizar la salud del pueblo.

El obispo de Táchira, Mario Moronta dijo que los funcionarios que estigmatizaron a sus compatriotas deben pedir perdón públicamente y de rodillas. Los sacerdotes de la zona fronteriza expresaron: “No son bioterroristas, son nuestros hermanos, son hijos de Dios y eso tiene que bastar”.

Redacción/Edición: PabVen/ Texto y Foto: Cortesía AP