Samuel Vílchez es un maracucho con un singular emprendimiento en los EE.UU, ocupar un escaño como representante en el Congreso estatal de Florida y convertirse en el primer venezolano en lograr la hazaña.

Sólo sabía decir yes y dar las gracias en ingles cuando su familia se asiló en los EE.UU., hace 10 años, y gracias al apoyo de la comunidad tricolor salió adelante.

Su trabajo político face to face consiste en repartir flyers y conversar con la gente sobre sus propuestas, apoyadas con las notas más altas de su escuela en 60 años y los estudios de Ciencias Políticas en la Universidad de Princeton.

Vílchez, además de líder juvenil, paticipó como asesor de estrategia en la exitosa campaña política de Johanna López, quien se convirtió en la primera hispana integrante de la junta escolar del condado de Orange en Florida.

Sus actividades voluntarias le valieron el Premio al Servicio otorgado por el expresidente Barack Obama y actualmente es el gerente estatal de la ONG All Voting is local que promueve los derechos de los votantes.

La oferta electoral del marabino incluye mejorar los sueldos de la clase trabajadora, expandir los programas de salud a través del conocido ObamaCare y crear mayores fondos para las escuelas para financiar y ayudar a estudiantes extranjeros.

Una de sus propuestas más atractivas es una ley que permitiría a los estudiantes que están aprendiendo inglés, tomar ciertos exámenes en su idioma natal.

Asegura a su comunidad que insistirá en la agenda TPS para evitar que cualquier venezolano sea deportado al régimen de Maduro.

Vílchez, hijo de una dentista que trabajaba en Mc Donalds y un ingeniero en computación que mataba tigres como taxista, demostró que si se puede y además de la comunidad, seguramente lo apoyará la Virgen de la Chinita.

Redacción/Edición: PabVen/ Con información de VOA/Foto: El Globo News