Siguiendo el ejemplo de las arepas y los tequeños, el Corocoro margariteño frito con tostones y ruedas de tomate podría conquistar la mesa gastronómica uruguaya.

Lamentablemente, el pronóstico se basa en las terribles consecuencias del cambio climático que obligan al esta especie endémica de las costas tropicales de Brasil y Venezuela a buscar un nuevo hábitat, lo más parecido a lo que están acostumbrados.

El primer ejemplar fue capturado en octubre de 2020 cerca del balneario de Punta del Este, un hallazgo insólito ya que el Corocoro solo habita a más de 700 kilómetros de la costa uruguaya 

El Orthopristis ruber es una especie que abunda en las aguas tropicales y subtropicales de Brasil y por supuesto en la isla de Margarita, donde se erige como el platillo que encabeza el menú de los comederos playeros del bien llamado destino ideal del Caribe.

Basado en el hallazgo de unos 10 ejemplares, un estudio publicado en la Pan-American Journal of Aquatic Sciences, en 2021, los investigadores concluyen que el rango de distribución de la especie está expandiéndose hacia otras latitudes y asentándose en aguas uruguayas. por ahora.

¿A malaya un Corocoro frito!

Es tan pero tan sabroso el Corocoro frito que los margariteños consideran que «es el pescado que más sabe a pescado» y cuando manifiestan complacencia, satisfacción, aceptación o aprobación. exclaman a los cuatro vientos ¿A malaya un corocoro frito!

Así que un Corocoro frito con arepa, le basta y sobra a un margariteño y a los visitantes de la isla, por su fácil y atractiva preparación que según cada gusto,  incluye arepa, cazabe, yuca, ñame, ensalada, plátano frito, o para los más exigentes, arroz con chipichipi, al estilo del recién fallecido chef insular Rubén Santiago.  

Para quienes migramos al sur, la posibilidad de un Corocoro frito con tostones, aunque remota. podría ser una realidad, lamentablemente a costillas del cambio climático.

PabVen/Infobae