El arroz con leche es un disputado postre de la gastronomía mundial, cuya autoría reclaman muchos países, entre ellos Venezuela.

Elaborado a base de arroz, leche y azúcar, la receta llegó apuntada en el diario de algún andaluz durante la colonización de América y aseguró su inmortalidad gracias a una canción de cuna.

Amparados en el ritornello;  “Arroz con coco me quiero casar”, los venezolanos lo nacionalizaron con el agregado del papelón y el coco rayado.

Con la llegada del feminismo, el postre ganó sus respectivos haters por el meta mensaje del macho criollo tras la viuda millonaria: “Arroz con leche me quiero casar, con una viudita de la capital, que sepa coser , que sepa bordar, que ponga la mesa en su santo lugar”. Y si cocina, mejor.

El Arroz con coco forma parte del catálogo de las viejas pulperías caraqueñas como “arroz con coco en tacita”, junto al majarete, los empolvados con canela y los coquitos rubios, entre otros.

Nuestro gastro corresponsal en Miami, Pedro Rodríguez nos echa el cuento y lo cocina para ti.

Redacción/Edición:PabVen/Con información de Graciela Schael, José Rafael  Lovera/Wikipedia/El Nacional/Foto: Coucinare.