El método 7 por 7 implementado por Maduro, una posible imitación del exitoso método israelí de relajamiento, pudiera potenciar los casos de coroavirus en Venezuela, de acuerdo con el repunte de las últimas semanas.
“El modelo venezolano”, como lo califica el cuestionado Maduro, aplica una singular cuarentena intermitente donde se intercala el confinamiento con la permisividad, en lapsos de 7 días.
En la vía contraria a la ruta del confinamiento estricto y continuado de la mayoría de los países, los voceros del régimen se ufanan de mostrar sólo 4.365 contagios y 38 fallecidos hasta el 25 de junio, unas cifras mucho más bajas que las de la mayoría de países de América.
La ONU ya advirtió que la mayoría de las pruebas que se realizan en el país suramericano son test rápidos y poco fiables. El número real de infectados podría ser muy superior al reportado por las autoridades.
La advertencia y otros informes subrayan que la pandemia de coronavirus es una «bomba de tiempo» en Venezuela, como parece confirmar el repunte reciente de los casos, lo que lleva a muchos expertos a temer que el país está muy cerca del pico de la pandemia.
El modelo bolivariano se parece al desarrollado en Israel por los científicos del Instituto Weizmann, que propone que las personas trabajen en ciclos de dos semanas, con diez días de cuarentena y cuatro para ir al trabajo y a la escuela.
Los voceros del régimen sostienen que la inspiración emana del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y la Comisión de Salud del gobierno, aunque hasta la fecha no revelaron el soporte científico del “modelo venezolano”.
El 10 por 4 israelí es un camino intermedio que ofrece un equilibrio entre salud y economía, según Uri Alon, profesor de Biología y uno de los investigadores que desarrolló el protocolo. La exitosa ruta aprovecha el periodo de latencia del virus, los tres días que se cree que pasan desde que una persona se contagia hasta que puede contagiar a otras.
El instituto sostiene que alguien que se contagie durante el periodo de actividad, no desarrollará los síntomas ni la capacidad de infectar, hasta que no esté de vuelta a la fase de aislamiento. De manifestarse la enfermedad, se prolonga el confinamiento para prevenir nuevos contagios.
Pero Venezuela es otra cosa y las condiciones no son las mismas, porque la población es mucho mayor y no cuenta con la tecnología y los medios israelíes, según sentenció el exministro de Salud José Felix Oletta.
Lo estadísticamente cierto o casual es que desde el lanzamiento del 7 por 7, los casos se han multiplicado, a pesar de que no haya hasta la fecha la certeza de una relación causa-efecto.
Redacción/edición: PabVen/Fuente:BBC/ Guillermo D. Olmo/Foto: El Mundo
