Luego de varias décadas enconchado en El Valle del Espíritu Santo de la Isla de Margarita, el cuestionado régimen venezolano anunció la captura de un supuesto espía gringo, conocido en las galleras y peñas de dominó de la plaza del pueblo como Salazar El Espía.

El régimen señaló que portaba armamento pesado muy especializado, entre ellos varias cajas de Alcoholado Glacial, Mentol Chino, Old Parr de canequita e innumerables estampitas de la patrona local.

La captura de Salazar El Espía se produjo en el estado de Falcón, al norte de Venezuela, que al igual que la isla, tiene tradición en el emprendimiento del contrabando.

El gobierno aseguró que según las pruebas en su poder, el popular espía, además de rebuscarse con el contrabando, se dedicaba a espiar los secretos tecnológicos de las refinerías de Amuay y Cardón para clonar sus técnicas exitosas en la industria petrolera gringa.

Los policías que lo agarraron le decomisaron gran cantidad de dinero en efectivo, unos cientos de dólares, moneda nacional del país suramericano. Los funcionarios se lo repartieron como recompensa por su arriesgada acción en favor de la patria.

Según el régimen, el presunto espía trabajaba para Los Marines, una de las familias de mayor arraigo en la isla de Margarita, y posiblemente para la CIA, una compañía anónima especializada en espionaje, con varias acciones fallidas en el país petrolero.

La acción de Salazar se suma a un supuesto plan para hacer explotar la refinería de El Palito, con la finalidad de convertirla en chatarra para venderla en las chiveras de repuestos usados, ubicadas en El Junquito.

Redacción/Edición: PabVen/Foto: Cortesía Los 40