Visa para un sueño

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Cuando la realidad es demasiado cruda e impide el sueño, por desórdenes neurológicos o percances existenciales sin resolver a tiempo, a la mano de insomnes crónicos casi siempre hay  un antifaz oscuro para bloquear la luz. Según la gravedad del problema, los así llamados tapaojos, a menudo exigen reemplazos o acompañamiento de somníferos, en dosis que aumentarán a falta de otra receta que no resulte peor que la enfermedad. Para los tiranos en cambio, el tranquilizante temporal viene en represión a la prensa, acoso a periodistas, destrozos de cámaras y celulares, para ocultar verdades a las que temen, y por las que tendrán que pagar.

Se dan otros casos de supremo deterioro durante el día, cuando en las calles se encuentra a  personas cuyas acciones o falta de ellas, parecieran dominadas por vendas que les impiden reaccionar a abusos en serie a su alrededor, por fuerza desigual de verdugos sociales de calles, policiales, judiciales,  o de déspotas en el poder. Muchas veces, la propaganda política orientada a los más necesitados explicaría ese adormecimiento masivo a pleno sol, de acuerdo con evidencias guardadas en los  “Museo del Comunismo”, en Praga, Varsovia, Budapest o Berlín, después de la liberación de sus yugos, por supuesto.

Es bien conocido el uso de los tapaojos por fanáticos, bastante típicos del totalitarismo comunista, los cuales conscientes del daño que hacen se resguardan de sanciones públicas con prohibiciones del libre tránsito en sus dominios –eternizadas en la “cortina de hierro” o el muro de Berlín-, censuras,  recompensas a delatores y castigos a denunciantes. De esa manera  sería fácil engañar con  historias de casas en el aire,  tal se escuchará en la versión de la cantaora española Lola Flores; y hasta suponer promesas de lista de espera  para adjudicaciones en la “Misión Vivienda”…

El reporte verdadero de lo que ocurrió por allá en comunismo, repetido por periodistas independientes, se refiere a milicias populares, aquí a  colectivos armados, paramilitares, policía secreta ahora con anexo del G-2 cubano y de la KGB, las instituciones coercitivas y judiciales (incluyendo los juicios-show copiados del estalinismo), los campos de trabajo forzado,  cárceles llamadas “tumba” para disidentes, y la recreación del “culto a la personalidad” típico en la URSS y sus “satélites” de Europa del Este, con imitaciones en  el “cuartel de la montaña”,  nuevos rostros de Bolívar, fetiches bolivarianos, y demás.

PabVen/Texto y Foto: Josué Fernández

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